Antonio toma asiento, bebe un poco de agua para que broten mejor las palabras, aunque revela que se siente avergonzado por traer recuerdos amargos al presente, quiere compartir su historia.
Creció en una familia pequeña, con una madre soltera, dos hermanos y varias sobrinas. La situación económica era difícil. Empezó a trabajar desde muy joven para tener su propio dinero, dejando así los estudios en un segundo plano. En la búsqueda de recursos económicos se fue a vivir a Soacha, municipio de Cundinamarca, en donde le ofrecieron vincularse al negocio de las drogas: tenía 17 años.